martes, 24 de marzo de 2020

Muerte de Chuang-Tse

Súbitamente, en medio de la oscuridad se hizo una luz. La mariposa voló hacia ella y
revoloteó alrededor, pero no sintió calor, sino frío, mucho frío.
Tras unos instantes, tan repentinamente como había llegado, la luz desapareció; no
así el aire delgado y gélido. Hizo denodados esfuerzos por escapar pero el lugar era
todo obstáculos y muros. Pronto, sus delgadas patas se engarrotaron y sus alas
cristalizaron en hielo.
La mujer que insomne, adormilada, había ido por un vaso de leche sin darse cuenta
de nada, encontraría al día siguiente dentro de su refrigerador una mariposa
policroma y yerta.

Cuarentena

Y el no deseado quietismo
que acrece el desasosiego
pues sólo en pensar despliego
mi hiperestesia y autismo.
Doloroso gradualismo
que no hay forma de evitarlo...
Hay que contarlo y cantarlo:
de realidá alucinado
polvo que soliviantado
alza el vuelo como un mirlo.

33 grados a la sombra

Casi las 14:00 horas. Alrededor del mediodía desperté. Un silencio que no dice nada. En la lengua nicotina y cafeína. En cuerpo y pi...