miércoles, 14 de junio de 2023

33 grados a la sombra

Casi las 14:00 horas.

Alrededor del mediodía desperté.

Un silencio que no dice nada.

En la lengua nicotina y cafeína.

En cuerpo y piel calor de junio.

En el estómago un licuado de frutas.

En la conciencia un no saber qué sigue,

sin saber si esto es ventaja o desventaja.

Una parte de mí prevé carencias

y a la otra parte no le importa.

Todo apocalipsis es privado.

Una lata de cerveza en el refrigerador

pero estoy casi en ayunas.

No se me antoja.

De hecho ya nada se me antoja.

El cigarro no es adicción, es hábito.

Sólo una manera de pasar el tiempo.

Quizás viajar, si tuviera el dinero.

Quizás el amor, si tuviera la edad y el dinero.

Quizás la comida, si sintiera el hambre.

Quizás el sueño, si tuviera sueños.

Elegiría un camino si al final alguien me esperara.

Anclado en mí, preso en mi cuarto,

me digo que quizás a mi edad es natural quedarse quieto,

mecerse en el vaivén rítmico del sillón o de la hamaca,

mientras escuchas a Yiruma al piano: Spring Waltz.

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