Si un poema de amor te condujera
a mi lecho, de amores tan vacio,
por preservar tu amor, amor tan mío,
mi paradoja no lo consintiera.
En este no, no, no, que me lacera,
forro mi corazón con hielo frío,
mira que fue el invierno, no el estío,
quien hizo de mi vida su trinchera.
Yo sólo por sobrevivir porfío
y, aunque te amo, mi paso se desvía.
Ya otra cosa no soy que un desvarío.
¿No comprendes, amor, mi escalofrío?
Tu abrazo, tu calor, me mataría,
y mi toque congelaría tu brío.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario