Al malicioso virus que me ronda
dibujando en el aire malabares
con manos de decires singulares
da igual que con desprecio le responda.
Si a su tránsito es, pues, todo rotonda
y muy más virulento es que sus pares,
puedo darme una vuelta por los bares
y a mi cigarro una calada honda.
Su alucinante forma en estos lares
no me ha de desdeñar, estoy seguro,
pues aquí el que no grita, vocifera.
Regenta el bar la coronada esfera
y el lábil alcohol funge de bromuro;
ebrio ya, morir puedo sin pesares.
Muy bueno. Para aquellos que sufren (sufrimos) de ansiedad y depresión, la buena lectura y los animales de compañía suelen ser de gran ayuda para afrontar el día y las dificultades que se encuentran a diario, tanto para adultos, adolescentes como para niños. Gracias por compartir.
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