jueves, 10 de septiembre de 2020

Procastinación

No lo procastines más, por favor. Deja de dar vueltas en la cama con los ojos apretados intentando retener la confusión del sueño. Lo sé, la realidad es terrible, alucinante, azotada por el sol o la tormenta. Tus relaciones con los demás son imposibles en la pesadilla. También sé que estás solo pero éste no es el momento de salir a las calles y revolverte con las multitudes porque otro fantasma recorre al mundo. Lo hiciste una vez: fuiste y te plantaste a un costado del parque sin el cubrebocas, que te tiene harto. Menos de cinco minutos después, en la misma jardinera, dos ancianos, uno de ellos que tosía sofocadamente dentro de su mascarilla, y una pareja de jóvenes. ¿Por qué tú sí me tocas?, le preguntaba ella a él y tú como si nada, recostado en la jardinera con tu caja de zapatos nuevos como almohada. El viento norte te llenaba la piel y las narinas complacidas. ¿No percibes el riesgo que corriste? Ya habrá, más adelante, oportunidades de salir, de convivir con tus amigos en una terraza, de beberte unas cervezas, pero por favor no procastines más el despertar. No lo sabes pero casi son las 11 de la mañana. Vamos, abre los ojos, ciérralos, vuélvelos a abrir y déjalos así, fijos en cualquiera de los cuatro muros de tu cuarto, de tu cárcel y ten paciencia y espera a que pase la pandemia. Lo sé, el encierro no es fácil, dos metros de distancia son el infinito, pero pasará, te lo prometo. Tendrás de nuevo las calles, y a tus amigos, y el beso y el abrazo y la noche y las lucecitas de colores de los bares. Pero por favor ya no lo procastines. Anda, ven, abre los ojos a tus paredes amarillas y mantén cerradas tus puertas y ventanas y contén tus ansías de salir corriendo por las calles, semidusnudo, y gritar que estás harto de este mundo y la paradoja de despertarte a una realidad alucinante que se ha tornado invernadero y cárcel.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

33 grados a la sombra

Casi las 14:00 horas. Alrededor del mediodía desperté. Un silencio que no dice nada. En la lengua nicotina y cafeína. En cuerpo y pi...