Y no es misantropía, narcisismo, soberbia, egolatría, ni alguna otra patología. Es el confinamiento que me limita al Yo, mí, me, conmigo. Tú, Él, Nosotros, Vosotros y Ellos se han desvanecido. Sólo representamos nuestros soliloquios en esquizofrénicos espejos.
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