lunes, 7 de febrero de 2022

Barahúnda

 










Despojado de toda humanidad,

no hay más que bestialidad

en el festejo tribal de tus “victorias”.

Y el fragor de tus tambores

ofenden Tierra, cielo, vida.

Tus carcajadas salvajes gritan tu enfermedad.

Pero no siendo médico no sé cómo curarte.

La empatía hay que ganársela.

No despiertas compasión, sino asco y rechazo.

Vivir al costado de tu infierno

me ha hecho resiliente.

Y aquí estoy, casi tan deshumanizado como tú,

fruto de tus obras,

deseándote la muerte cruenta

que para mí deseas,

pero que tú mereces desde hace décadas.

Si mueres antes,

yo tendré respeto por tus deudos

y me abstendré de fiesta.

Si ocurriera al revés, 

no hay nada que explicar.

Conozco tu respuesta.


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